martes, 27 de abril de 2010

La amarga existencia en solitario, la trastornada idea de no tenerte me perfora el alma; aquel girasol que se quebró con el tiempo, la nota triste de tu adiós que dejaste en la pared y probé en tus labios la hiel de un beso fingido, de un beso que no sabe a nada y que pensé erróneamente en mi corazón que era todo.

Aquella noche que te fuiste arranque de mi diario las paginas que tenían tu nombre para apresurar el olvidarte, borre de mi las canciones con las que a lo lejos te oí y quise cerrar los ojos pensando en que cuando los abriera tu nunca habrías estado aquí.

Y quise olvidar la calidez de tus abrazos, el haber visto el cielo en tus ojos y desie matar la luna para no recordarte cada vez que la viera asomar por mi ventana, pero… no puedo, no he podido desaparecer el mismo cielo que nos abraza, la canción que me dice que muy dentro de ti me amas, el pajarillo que canta y que con su canto me hiere el alma porque fuiste tu quien lo trajo a mi, porque fuiste tu quien se fue así sin palabras, sin excusas, con todo mi amor en ti y con toda la frialdad que tiene un beso no deseado…

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