viernes, 26 de febrero de 2010

Eres la fruta prohibida de aquel
jardín secreto que no tiene entrada,
la manzana dulce que mis labios no
saborearan nunca, la rosa fresca de
aquel rosal que nunca mis manos podrán
tener para cuidar.

Y al implorarte con un grito que se queda
mudo en la nada se me escurre entre los dedos
la única esperanza de existir.

Eres el ave que vuela libre en el cielo azul y
que solo llega por un instante a mis manos
por la pura necesidad de alimentarse.

Te volviste mi nota triste de aquella guitarra
que se quedo muda por falta de una cuerda,
te hiciste mi sombra de dolor, la nube gris de
mi cielo azul, el único viento que me movió
pero que destrozo todo.

Te volviste la nube que pasó por mi ventana,
la noche que no volverá y aquel poema que
se quedo preso en mi corazón.

Fuiste el instante de la hora feliz, de las
horas que parecieron únicas, fuiste el ideal que
quise alcanzar, el vals que hubiera querido
escuchar cada amanecer, el cuarzo que se
quebró de tanto dolor, te volviste mi amor y
ahora mi tormento, la desesperanza en un
mundo que parece cruel.

Y pienso… pienso en amarte así como ya
decidiste quedarte pero… me quiebra tu mirada
fría, tus palabras secas, tus oídos sordos a mí
corazón y tú falta de fe en mi amor, me quiebra
tu corazón que se quedo estéril por un amor que
no fue el mío.

1 comentario:

Jorge Arié Cravioto dijo...

La última estrofa de tu hermoso poema en prosa lo dice todo en un colofón de maravilla que grita el amor que se quiere y no. Felicidades muchachita piensa siempre que la luz te ilumina por todos lados con amor. Un beso para ti-
Jorge Arié