Mi villa

Mi villa tiene notas de tristeza y cantos de alegría; se hace escaso el vociferar de la gente, las calles muy pocas veces se aglomeran.

Me gusta el azul del cielo, los pajarillos que vuelan alegres cantando, persiguiéndose y jugueteando durante las tardes.

Me gustan las palomas enamoradas en el techo, cuando bajan al suelo y corretean a mi lado mientras leo un libro y tomo el te.

Mi villa tiene en sus venas el silencio que me habla de todo, los cerros que parecen pintados por maestros, el correr del ganado, los caballos descansando.

En mi villa el sol se oculta entre los arboles de naranja, acariciando los pastos verdes y en el despertar saluda alegre a la juventud que festeja llenos de risas y canciones entre los pequeños lagos.

En mi villa el manto de la noche iluminado de estrellas y resguardado por la misteriosa luna cae como un canto de dulce ensueño, como un agradecer al día que finalizo, como una balada a la noche que inicia.

Todo aquí parece un cuento... nota olvidada, una historia finalizada, todo aquí pareciera dormir como aquel infante que se ha cansado de las travesuras del día, como aquella chica recien salida a la vida.

Mi villa tiene notas de tristeza y cantos de alegría, tiene entre sus hojas el amor del medio día, en sus granos de arena una vida.